Entrevista para el diario ABC sobre la tartamudez

por Dr. José Antonio García Higuera
Entrevista para el diario ABC sobre la tartamudez

Temas candentes sobre la tartamudez

En esta página se incluye una entrevista que hicieron al dr. García Higuera para el periódico ABC de España. En ella habla de las causas de la tartamudez y da su opinión sobre algunos de los tratamientos que se están utilizando o se esperan: como el pagolone, el aparato SpeechEasy, etc. Por último introduce la terapia de aceptación para vivir una vida plena.

Entrevista para el diario ABC sobre la tartamudez

¿Qué es la tartamudez? ¿Una condición neurológica? ¿Una situación emocional? ¿Un problema hereditario?

El tartamudeo no es un problema de pronunciación. La persona que tartamudea puede pronunciar fluidamente cualquier palabra, dependiendo de la situación. La tartamudez aparece cuando se ha de hablar en situaciones que provocan ansiedad. La presencia de una sola persona la produce. Tartamudear, tartamudeamos todos, sometidos a un suficiente grado de de ansiedad. El problema surge cuando con un nivel de estrés mínimo aparecen los bloqueos y las conductas para evitarlos.
Los datos de los que se dispone actualmente no permiten aventurar una teoría definitiva sobre la causa del tartamudeo, pero se pueden adelantar algunas ideas en base al conocimiento y la investigación existentes. Cada caso es diferente. Los factores genéticos existen, pero no en todos los casos, también los neurológicos y siempre emocionales. El disparo del la tartamudez se puede deber a cualquiera de ellos, pero su solución pasa siempre por el enfrentamiento del problema emocional. Por eso los tratamientos logopédicos fallan tan a menudo, porque no tienen en cuenta de forma efectiva el componente emocional.
Actualmente se propone una teoría multifactorial que recoge todos los elementos conocidos. Según esta propuesta, en algunos casos se recibe por herencia una debilidad fisiológica que facilita el descontrol del aparato fonador, y que podría plasmarse en un problema fisiológico como el de sincronización en la retroalimentación auditiva o en un funcionamiento diferente del habitual del cerebro o posiblemente en ambos. Las situaciones en las que ese descontrol fisiológico aparece de forma más probable son las situaciones de ansiedad, de forma que, cuando se produce una situación ansiógena, a la persona que tartamudea le es más difícil hablar y aumenta la probabilidad de que aparezcan los bloqueos. Si durante su aprendizaje le influyen factores como la exigencia social, la prisa, las burlas, etc. y le producen ansiedad, los bloqueos se harán más frecuentes en situaciones parecidas y si la propia aparición del bloqueo, o el simple temor a que aparezca, le llegan a producir ansiedad, se entra en un círculo vicioso que incrementa y perpetúa el problema.
En la frecuencia de aparición de los bloqueos pueden ser determinantes los factores genéticos y neurofisiológicos, pero en su mantenimiento y en que se convierta en un problema importante en la vida de la persona, influyen los factores psicológicos.

¿Es un trastorno curable o solo existen estrategias para controlarlo?

Cómo decía, todos podemos tartamudear si nos colocan en una situación que nos cause suficiente estrés. Si además intentamos controlarnos y que no nos ocurra nunca, estaremos dándole mucha más probabilidad, porque pasa como cuando no queremos reírnos en una situación comprometida, las ganas se tornan casi incontrolables.
La solución es fácil de enunciar: permitirse tartamudear, lo que diminuirá la ansiedad y con ello la probabilidad de hacerlo. Parece paradójico, y por eso es muy difícil llevarlo a cabo. Además, hay que tener en cuenta la terrible ansiedad que produce el mero hecho de prever que se va a bloquear uno en la siguiente palabra. Prever un bloqueo desencadena una serie de evitaciones que constituyen más del 90% de las conductas que se observan en el tartamudeo.

¿Se puede tratar a cualquier edad? O en la edad adulta las soluciones actuales no funcionan de la misma manera?

Cómo en todos los problemas de nuestro comportamiento, cuando se establece un hábito durante muchos años, las dificultades para cambiar son mucho más importantes que cuando se es pequeño y nuestras facultades para aprender y modelar nuestra conducta están en plena forma, además, la fuerza del hábito no es todavía muy grande.

¿Es importante la actuación precoz? ¿Qué se debe hacer con un niño que empieza a tartamudear?

En los más pequeños, un elemento esencial a tener en cuenta es el sufrimiento del niño. Si el niño sufre, existe un problema. Y la solución consiste en que el niño deje de sufrir y no en que pronuncie bien, lo que posiblemente esté muy por encima de sus posibilidades.
En la mayoría de los casos, si la gente relacionada con estos niños, los escuchan con paciencia y les responden de una forma calmada y tranquila el lenguaje del niño recupera su normalidad, y sus capacidades lingüisticas mejoran.
Consejos para hablar con el niño que tartamudea

  1. Emplee un ritmo lento y relajado en su lenguaje espontáneo, pero no tan lento que no suene natural.
  2. Escuche con atención lo que el niño le dice. Responda a eso, en lugar de a la tartamudez. Dé las respuestas apropiadas a lo que su niño está diciendo, ignorando los esfuerzos para hablar, o los movimientos extraños que haga, sus sonrisas o sus titubeos.
  3. Conserve un contacto visual natural cuando el niño esté hablando.
  4. No apresure al niño interrumpiéndolo ó terminando palabras por él. No permita que otros lo apresuren o se burlen del niño.

El tartamudeo en la infancia remite por sí solo en un 80% de los casos, pero si ya se han detectado anomalías y, sobre todo ansiedad, la posibilidad de que remita sin hacer nada es menor.
Para que mejore es preciso que los adultos que le rodean acepten su problema con tranquilidad y sin darle un tinte dramático.

¿Son eficaces sistemas como el SpeechEasy (un dispositivo que se fija en el oído y repite la voz, con un efecto coro)?

¿Confía en los tratamientos farmacológicos que se están ensayando como el pagoclone?

Los tratamientos farmacológicos que se han probado hasta ahora han fracasado de forma estruendosa. Han necesitado acudir a medicamentos muy potentes del tipo de los neurolépticos que han fallado por falta de eficacia y por sus efectos terribles secundarios.
Pagoclone se presenta con la ventaja de pocos efectos secundarios, aunque como todos los medicamentos los tiene y habrá que ver cuales son. Los estudios muestran también una eficacia limitada. Por ejemplo, el 55% de mejora frente a un 36% de un placebo. Habrá que esperar más resultados, pero personalmente no tengo confianza en suponga una solución.

¿Qué tratamientos han probado su eficacia? ¿En qué consisten?

Pronunciar una palabra fluidamente es fácil, sobre todo si se hace a solas o en situaciones de bajo estrés, como cuando se habla con niños o con mascotas. Hay métodos para pronunciarlas fluidamente en cualquier situación, por ejemplo, silabeando o sincronizando el habla con la respiración.
Existen algunos métodos que tienen un éxito contrastado científicamente. En mi libro Terapia psicológica en el tartamudeo, Editorial Ariel, cito el método psicológico cognitivo conductual de regulación de la respiración, que ha desencadenado una gran cantidad de estudios controlados y ha mostrado su eficacia en el 8090% de los casos… siempre que se aplique sistemáticamente, si se deja de aplicar en todas las situaciones, las recaídas son muy frecuentes.
Los problemas que presentan este tipo de métodos y los logopédicos son dos: cuando se dejan de emplear, la tartamudez reaparece y, además, provocan un habla que no es aceptable para todo el mundo: hay quien prefiere, finalmente, arriesgarse a tartamudear que mantener un habla que viven como artificial.
Van Riper propone una terapia más dura, pero en la que no se dan estas recaídas, es más, las personas siguen mejorando después de dejar el tratamiento. Parte de una aceptación gradual y pautada de la tartamudez y un afrontamiento de sus consecuencias psicológicas y sociales.
Desde que Van Riper realizó sus trabajos se ha avanzado de forma sustancial en la terapia cognitivo conductual. Actualmente estamos inmersos en lo que se conoce como la tercera revolución en la terapia cognitivo conductual, que viene de la mano de la terapia de aceptación y compromiso. En mi libro la cito y hago un planteamiento general de esta terapia y su paralelismo con la de Van Riper. Es más, desde la escritura del libro, la aplicación de las técnicas potenciadas por las teorías actuales sobre el lenguaje y su función ha avanzado mucho. También se han dado grandes pasos en la comprensión de los procesos psicológicos automáticos. La aplicación de estos avances al tratamiento psicológico de la tartamudez lo hace cada día más eficaz. El libro Deja de sufrir por la tartamudez contiene la aplicación de esta terapia en forma de autoayuda.
2/2/2012

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