La aceptación de la tartamudez

por Dr. José Antonio García Higuera
La aceptación de la tartamudez

La aceptación de la tartamudez

En esta página se explica que la aceptación de la tartamudez de la que aquí se habla no consiste en aguantar, ni en resignarse, ni en ignorar el bloqueo, ni es el camino para eliminar TODO el sufrimiento. La aceptación es abrirse al sufrimiento que produce la tartamudez sin esforzarse en eliminarlo, con un objetivo: vivir la vida plenamente, sin las barreras que ha impuesto la lucha por alcanzar la fluidez.

La aceptación de la tartamudez

El núcleo del libro «Deja de sufrir por la tartamudez» está compuesto por ejercicios para afrontar y superar el sufrimiento. Cómpralo.

Es importante saber qué es la aceptación y distinguirla de otros conceptos que se podrían confundir con lo que se quiere decir. Lo explicamos con estos puntos tomados del libro Curso Terapéutico de Aceptación I y II

Qué es la aceptación

  1. Aceptar la tartamudez supone vivir con ella sin querer cambiarla conscientemente y, abriéndose a experimentarla sin restricciones, seguir con el propio proyecto de vida, es decir, sin renunciar a seguir nuestros valores porque la tartamudez esté presente
  2. Aceptar la tartamudez y los pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones asociados es dejar de hacer todo aquello que se emplea para evitarla. Se trata de evitar… evitar, en palabras de Van Riper. Hay que sentirla y seguir adelante con lo que importa, es decir, tartamudeando o no, actuar en pos de los objetivos que se quieren conseguir.
  3. Aceptar sin un objetivo no tiene sentido: hay que abrirse a vivir lo que nos ocurre, a todo lo que nos rodea, para vivir la vida plenamente, para seguir el rumbo vital que deseamos y hemos escogido.
  4. Aceptar es hacerse amigo de la tartamudez, amigo no siempre agradable, y seguir con ella el camino y los objetivos elegidos.

Qué no es la aceptación

  1. No es aguantar. Aguantar tiene la connotación de hacer fuerza para oponerse al empuje que recibimos de alguien. La fuerza está omnipresente en la lucha contra la tartamudez, por tanto aguantar la tartamudez es contrario a aceptarla. La aceptación, por el contrario, supone dejar la lucha. En una metáfora de la terapia de aceptación y compromiso se compara con una competición en la que dos personas tiran en direcciones contrarias de una cuerda intentando arrastrar al otro; en ese caso la aceptación es cesar la lucha y la oposición, soltar la cuerda, abandonar y rendirse sin dejarse arrastrar, para poder dejar una lucha inútil y seguir nuestro camino. En la lucha contra la tartamudez no se puede vencer en la competición, porque se está luchando contra uno mismo.
  2. No es resignarse. La resignación implica la renuncia a seguir los intereses propios, mientras que la aceptación implica cambiar el acento en la lucha, dejando de luchar contra la tartamudez para poner toda la energía en la lucha por nuestros intereses y el avance hacia nuestros valores.
  3. No es ignorar los bloqueos  y los pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones que los acompañan. Es abrirse a experimentarlos, mientras nos concentramos en seguir la dirección que hemos elegido.
  4. No es un camino para no sufrir. Es la asunción del sufrimiento preciso para conseguir nuestros objetivos, metas y valores, sin que nuestra conducta de lucha por lo inevitable nos provoque mayores torturas.

El núcleo del libro «Deja de sufrir por la tartamudez» está compuesto por ejercicios para afrontar y superar el sufrimiento. Cómpralo.

5/1/2012

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